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domingo, 8 de noviembre de 2009

La cruzada del PSOE

Nuevamente el tribunal de Estrasburgo define su competencia y utilidad.
Pues bien, el muy alto tribunal de la bella ciudad francesa ha decidido que los crucifijos en las aulas atentan contra la libertad de educación. Está claro que si un niño seriamente educado por sus padres en el agnosticismo, observa un crucifijo mientras le torran con las matemáticas ello podría suponer una tentación a la conversión.
Es curioso, porque los mismos comecuras que aplauden la decisión se rasgan las vestiduras cuando alguien crítica Educación para la Ciudadanía que, según ellos, es una materia neutra, que no pueden convertir nadie a nada, ni tan siquiera de convertirse al catolicismo (esta opción, ciertamente, resulta bastante improbable)
Pero quizás el problema sea más de fondo. Como casi siempre ocurre con los fallos judiciales, lo que importa no es la sentencia, sino los fundamentos de la misma. No los fundamentos jurídicos sino los morales, que constituyen la almendra de la cuestión. Pues bien, el Tribunal de Estrasburgo asegura que la sola presencia del crucifijo, un símbolo con 2.000 años de historia, reverenciado por millones de seres humanos, es liberticida.
El argumento es tan fácil de extrapolar que produce un ligero vértigo: porque si la presencia de un crucifijo en un lugar público o semipúblico ofende a la madre de unos alumnos, ¿qué pasará con las iglesias públicas -¡qué horror!- en plena calle, con sus cruces, sus imágenes a la vista de todos? Por cierto, ¿podrá santiguarse la gente al pasar delante de un altar o estará violentando la libertad del que pase a su lado? ¿Qué me dicen de las ermitas rurales y de las hornacinas urbanas? ¿De los gentilicios con nombres religiosos? ¿Cómo deberíamos llamar a San Sebastián? ¿Y el calendario, jalonado de motivos religiosos?
Porque éste es el problema de nuestra patria: “España es la fe y la fe es España”, clamaba un general que se sublevo en la decada de los 30.
No es separable España del catolicismo porque España es una civilización catolica y cristiana.
España quiere ser un sólo país, una nación, pero para forjar una comunidad se necesita un punto en común, y un punto común de España es el crucifijo.
Y el problema de una España pagana es doble:
1. En primer lugar, es un imposible, se autodestruye como nación catolica.
2. En segundo lugar, una España pagana se convierte en una patria cautiva porque la libertad que España ha enseñado durante siglos al mundo no es más que la libertad catolica, es decir, la libertad de los hijos de Dios. Desde su origen mismo, porque la fe se propone pero no se impone.
¿Significa esto que España debe ser confesional? No, España tiene que ser catolica, no puede ser otra cosa, porque en la esencia misma del catolicismo está la libertad y porque la ideología política catolica consiste en que el individuo, por ser hijo de Dios, es sagrado. Por tanto, a nadie se le puede obligar a rezar a un crucifijo. Ahora bien, una cosa es esa libertad religiosa y otra muy distinta retirar los crucifijos como atentatorios contra su libertad. Porque si a España le quitamos su crucifijo, también le estaremos arrebatando su propia historia.
Y la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos se complementa con el fallo del juez inglés que asegura que el ecologismo es una religión y como tal debe ser respetada. El británico Michael Burton se parece mucho a su colega, Baltasar Garzón. Ambos resultan difíciles de definir porque arremeten contra algo y contra su contrario con igual vehemencia.
La explicación de los dos magistrados es muy simple: se llama egolatría o tendencia imperiosa a situarse siempre en el limite de lo moral y etico. Pero esa no es la cuestión, la cuestión es que la España catolica ha pasado a ser pagana y el paganismo siempre ha sido liberticida. Y como el hombre necesita creer en algo, los españoles tendemos a creer y celebrar las tradiciones que cada dia son mas respetadas,tal es el caso de Halloween o del muñequito de tripa pronunicada con colores llamativos que invento la marca coca-cola en los años 20.
En cualquier caso, no se apuren que España ya se ha convertido en el adelantado de la Unión. Zapatero, futuro presidente de la UE -afortunadamente sólo durante 6 meses- quiere retirar los crucifijos de escuelas, hospitales y cuarteles. Por el momento, en un alarde de tolerancia, ZP no piensa retirar los crucifijos de las iglesias. Pero no se preocupen que todo llegara, mientras se escuche el canto del imán desde lo alto de la mezquita los españoles estaremos cumpliendo lo correcto con nuestros inmigrantes...
Desde La Falange denunciamos y hacemos ver el manejo brutal al que estamos sometidos por parte de este gobierno sin pies ni cabeza, manejados por politicos que solo creen en la destrucción de nuestros valores y tradiciones por el simple echo de que como ellos no las comparten tienen que borrarlas del mapa, pues los falangistas nos oponemos y lucharemos con las armas de que dispongamos, por que nos gusta España no vamos a dejar que cuatro descerebrados nos la destruyan.

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