
"Nuevo ataque socialista a los católicos.
De nuevo un ataque a los católicos españoles por parte del Gobierno socialista. En esta ocasión, con la intención del Ejecutivo en prohibir a los militares españoles participar en actos religiosos. Si en el año 1931 recién estallada la II República se intentó por parte de la izquierda erradicar cualquier vestigio religiosos a golpe de incendio u otras prácticas peores, ahora de nuevo tratan de erradicar a golpe de ley, una cultura, unas creencias y una fe que sabe convivir bajo un estado aconfesional. Quizás estemos ante una nueva cortina de humo socialista para desviar la atención de lo que de verdad importa como lo son los más de cuatro millones de parados, los más de dos millones de funcionarios castigados o los más de seis millones de jubilados «congelados en pleno verano».
¿Qué daño hace que los militares acompañen a nuestras cofradías y actos religiosos?. ¿Tanto le molesta al Gobierno? El mundo árabe radical debe de estar frotándose las manos ante el solar liego en materia religiosa y cultural que Zapatero les está sirviendo en bandeja. Qué pena da esta España gobernada a golpe de improvisación y qué triste patrimonio vamos a dejar a nuestras futuras generaciones, eso sí, siempre y cuando Bibiana Aído permita que nazcan”.
A lo que no hemos podido esperar para refrendarle ya que consideramos que es una misiva llena de intenciones y una verdad a medias. He aqui nuestra respuesta:
¿PP? No, gracias, yo soy católico.
Estimado Ignacio: No dudamos de su catolicismo, pero sí que lo dudamos de su errante partido. Ya que si de algo destaca su partido es de desfachatez e hipocresía, porque si bien es cierto que el gobierno laicista-socialista arremete y desea lo peor para ese conjunto de personas (cristiano-catolicas), eso lo sabemos de sobra y hay que atajarlo cuanto antes porque es una lacra para la sociedad; pero, y desde hace ya bastantes años, lo que no esperábamos -y no es menos cierto- es que su partido, el Partido Popular, y sus consecuentes Nuevas Generaciones, no hace nada o casi nada por arreglarlo, incluso más, guiña un ojo cómplice a algunas propuestas.
A los hechos nos remitimos. ¿Quién aprobó la píldora abortiva en su legislación de Gobierno? ¿Les suena una tal Celia Villalobos? ¿Quién ha manifestado varias veces la complicidad con el tema del aborto en la ley que ha regido estos años atrás, y dando el visto bueno y votando muchos de ellos a favor en el Parlamento Europeo? ¿Cómo se come que en las regiones gobernadas por el PP, tenga las mayores tasas de abortos de toda España y no pongan medidas para el freno, si tan en contra dicen que se ponen? (En Murcia 45.000 míseros y ridículos euros en ayudas a mujeres embarazadas). De igual modo, ¿qué me dice de la implantación de Educación para la Ciudadanía en las ciudades donde gobiernan? ¿Qué me dice de las campañas de apoyo del PP de Andalucía junto con la asociación “Colegas”, donde se defienden las parejas o uniones de personas del mismo sexo, haciendo gala de ese supuesto progresismo y libertad, apoyadas, no solo simbólicamente, por el PP? Todo ello –y me quedo corto- a los católicos les tiene que hacer una gracia…
Permíteme, por último, que le digamos Sr. Soria, que eso a los católicos también les duele, y me atrevería a decir es que casi más ofensa que lo que usted destaca, porque al PSOE en estos temas, lo conocemos, damos por seguro que lejos de no cambiar incrementara su anticatolicismo y haremos lo que esté en nuestras manos para pararlo; ahora bien, muchos eran los que consideraban que el PP conservaba su humanismo cristiano y ha quedado claro que desde hace mucho tiempo lo ha ido progresivamente perdiendo gracias a la falsa adaptación a la sociedad. Y si, los tiempos cambian, pero los partidos no deben regirse porque a cada proceso electoral el ciudadano no falte a su cita y deposite su voto en la urna habiéndole dado una cena de aúpa la noche anterior, ni por dorarle la píldora a colectivos o situaciones particulares –para ganar unos votillos y ser bien recibido en la sociedad- adoptando medidas que en nada benefician al grupo que usted dice que los socialistas tanto ofenden; sino por unos valores implícitos y por el buen saber hacer para llevar al pueblo español a donde se merece. Y ello conlleva el rumbo de millones de votantes católicos, que incomprensiblemente siguen apostando por ustedes.
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