La manifestación que los partidos pro-Estatut y la presidenta de la asociación catalanista Òmnium Cultural, Muriel Casals, convocarán para el sábado 10 de julio como protesta por la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) del Estatut tendrá como lema "Nosotros decidimos, somos una nación". (Eso sí, en castellano, para que todos nosotros la entendamos bien).
Otro intento más desestabilizador del orden social poniendo en jaque y retando a la sociedad española y en duda al Tribunal Constitucional, y no menos importante, de romper la unidad de España sea como sea.
Pero ellos tienen un propósito y un "ir todos a una" que les hace avanzar y crecer -aparte de que se dan muchas condiciones en esta pobre sociedad para que resurgan-, y es la unidad, el interconectarse ellos y el pueblo. Ponen a disposición de la gente buses para concentrarse, atención inmediata, contar con su apoyo, facilidades de todo tipo, etc, y sin miramientos ni discusiones, entran a formar parte del proyecto como borreguitos.
Sin ir más lejos ERC va a repartir miles de pegatinas con el lema: "Ni acato, ni respeto: Independencia". Y aquí todos lo vemos bien, como un acto democrático, social y casi casi pacificador, cuando está poniendo en duda la unidad de la nación española y la españolidad de Cataluña, y sino que echen un vistazo a la Constitución que -todavía- no dice lo contrario. ¿Hasta dónde van a dejar que lleguen? Claro que con esta sociedad absolutamente podrida, todo se puede esperar.
Desde aquí propugnamos que nuestra lucha está avocada a uno de los pilares básicos de la doctrina joseantoniana, la indisoluble unidad de España. Por tanto, no restaremos esfuerzos en esa medida. Que lo tengan claro.
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