Los fervientes adoradores del Estado socialista/comunista como institución suprema al servicio del progreso y el bien social, aunque sea a costa de la Libertad, dicen que el culpable de nuestros males es el mercado, que es voraz e insaciable. Para ellos, lo que está sucediendo en estos dramáticos días no es sino un asalto en toda regla al estado por parte del poder financiero, el capitalismo y algunos entes, organizaciones o individuos poderosos, que manejan el dinero como un arma con la que esclavizar a las sociedades. Pero, incomprensiblemente, para esta teoría de la conspiración tan inconmensurable, no hay ni un sólo nombre propio que poner a disposición del gran público. Todo queda en acusaciones genéricas y en inaprensibles conceptos cuyos límites son mucho más que difusos.
Pero aún más sorprendente resulta que otros, contrarios a la teoría del mercado voraz e insaciable y defensores de las reformas económicas, tampoco parecen ver más allá de sus narices. Y, en lo fundamental, se limitan a hacer lecturas inversas pero bajo las mismas reglas de juego. Todos ellos, los fervientes enemigos del mercado voraz e insaciable y los defensores de las reformas económicas, aceptan escenificar esta angustiosa lucha en un escenario en el que resulta imposible ampliar el horizonte mas alla de una semana, parece ser que este mercado al cual ellos nos han visto advocados no tiene solución y hay que darle la vuelta para que ellos sigan ganando a costa de los trabajadores pero llamando a las reformas de otra forma y cambiandoles el color.
Y todo indica que si no desbordamos estos límites, no habrá posibilidad de acertar en las soluciones más allá del acostumbrado corto plazo, que aunque parezca raro y utopico los falangistas sabemos como resolver las situaciones y llamar a cada cosa por su nombre.
Samuel Jiménez Espinosa
Jefe Provincial FE Murcia
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