Si
tuviera que poner un calificativo al espíritu de milicia de La Falange, este
sería sin duda el de "almogávar".
La
Reconquista fue posibilitada por una milicia diferenciada con una jerarquía y
formas de hacer tan especiales como fueron los almogávares, hombres que no
pertenecen a la mitología si no a la realidad, que ocupan una primera línea que
hizo frente y derrotó a la expansión musulmana.
Así,
cuando todo parecía desmoronado y perdido, cuando los mozárabes nos dejaban
testimonios desgarradores de la desolación de España, surgen los nuevos
forjadores de la Patria perdida, ¡los Adalides Almogávares!.
En
el comienzo de la década de los años 30, la república se asienta en nuestra
Patria y esta es destrozada por los promotores de la muerte de España: derechas
ultracatólicas y posibilistas, izquierdas ateas forjadoras de una humanidad
hundida en la "barbarie", republicanos jacobinos y sedientos de
poder, surgen los nuevos adalides: José Antonio, Ramiro, Onésimo, Julio... y
sus jóvenes huestes almogávares: los falangistas.
Unos
y otros supieron defender la cultura, el espíritu, las fronteras, que
conformaban ESPAÑA. No hace falta extenderse en el relato, todos los
falangistas conocemos como lo hicieron.
En
1941, un hombre de nefasta memoria para nosotros ¡no era un adalid ni un
almogávar!, proclamó ¡Rusia es culpable! y los nuevos almogávares, nacidos de
aquella feliz idea de nuestros jefes: La Falange, se pusieron en marcha de
nuevo. Pero ¡ojo!, como os he comentado el grito fue erróneo, pues Rusia no es
culpable, el culpable es el comunismo que quería adueñarse y arrasar Europa.
Así, nuestros camaradas, lejos de cumplimentar las soflamas de Serrano Suñer,
fueron a Rusia como combatientes de la división azul con la satisfacción de luchar
por la preservación de la civilización occidental y por amor a Rusia y a sus
gentes.
Y
nosotros, que amamos a España, que la queremos unida, en todos sus pueblos y
provincias luchando por un quehacer común, trabajando por la justicia social,
imprimiendo seriedad en la educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
procurando que nuestros mayores tengan aquello que se han ganado con su trabajo
y esfuerzo, una vejez serena, segura y tranquila, que nuestros enfermos tengan
la mejor calidad de vida posible...
Por
eso estamos aquí, en La Falange, somos los últimos almogávares, la milicia
perenne de España, vívelo con seriedad y el estilo que nos caracteriza.
¡ARRIBA
ESPAÑA!
Miguel
Rosique García
Español,
católico y falangista
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