Me permito una reflexión en el candente tema que nos envuelve en una espiral de sueños y a la vez es capaz de despertarnos bruscamente para, ya más lúcido, observar como con miedo y suspicacia a la realidad. Los patriotas españoles y sus quehaceres por su Patria.
El otro día era AES, unas horas antes Alianza Nacional, unos meses atrás FE-JONS, si, todo son actos protesta, y muy valientes, sin duda; pero de poca, mínima, casi nula repercusión, ni para el partido convocante... y diría más: los separatistas, trabajan ahora con mas ahínco, tienen su nivel de autoestima y confianza por las nubes, lógico, viendo la nula oposición que existe y su camino despejado, en definitiva, nunca se han encontrado, a lo largo de la historia, con otra mejor.
Sinceramente no es de recibo que en una región como Cataluña se junten un ciento de personas para clamar por la Unidad de España. Algunos lo consideran una victoria, yo lo considero un fracaso. Y la culpa es, en gran medida, nuestra.
Desgraciadamente, con tanto grupúsculo existente, cada uno hace la guerra por su lado, y España se nos muere entre las manos.
La situación no es muy boyante; un Gobierno vendido, haciendo guiños en la intimidad, una oposición mediocre que jamás dirá si o no a las claras por no perder un voto, y unos patriotas desunidos, desanimados y por consiguiente, desarmados. En cambio, ellos, los separatistas saben perfectamente cuál es su misión, y mientras nosotros -para consolarnos, por dentro- nos resignamos una vez mas y achacamos y culpamos a la baja participación –de una consulta ilegal-, a que no iba a ir ni un centenar de personas a protestar, a que hacia un frio que pelaba, etc, hoy cualquier excusa nos apacigua, o lo que es lo mismo, la sangre no nos hierve.
Nos hemos habituado a conformarnos con tan poquito, y lo aceptamos todo dejándolo en su transcurrir por la vía que ellos la conducen. El sedante que ha recibido la sociedad española es tan profundo que va a costar más que nunca doblegar a los que hoy nos imponen sus maneras y mentiras –que ellos mismos se creen- y nos hacen ver lo bueno como malo y viceversa.
Es muy triste que en estos tiempos, enfermizos para nuestro país, tiempos en donde hacemos falta, y tiempos en los que hay gente esperándonos, –confió que no se hayan cansado de esperar- se entrometen y anteponen en nuestras filas los intereses particulares y oscuros impidiendo el mínimo avance. La supremacía de muchos hace que pretendan ser, autoproclamarse o perpetuarse como jefe(s) de su “tribu”, y que para ello, si es preciso, se configure otra escisión cada vez que a alguien le dé el arrebato. Por no hablar de los efectivos que hemos ido dejando por el camino. Todo esto ocurre, y es innegable; como dice cierta canción, “hoy oscuros intereses nos pretenden enfrentar”, y lo vemos en el día a día.
Lo que yo pretendo hacer comprender en esta misiva es que la pasividad, el complejo, la conformación y resignación que padecemos, si, el virus extenuante que cae sobre la sociedad arrasa también a los patriotas, es necesario transformarlo o dejarlo fuera y canalizar esfuerzos en tareas efectivas por lo que nos une y por salvar, entre todos, lo poquito que queda.
Hemos visto en cantidad de sitios, que sueñan, luchan por la épica. El R.Madrid tira del espíritu de Juanito, aunque suene estrambótico, es un símil que para nosotros nos debe servir para evocar en estos tiempos difíciles a nuestras grandes armas: nuestras ideas, nuestra fe, gestas, gente –José Antonio- y valor, que no nos de miedo nada. Si nos quieren tomar en serio, hay que despertar y salir a la calle, ¡que ya es hora!
En definitiva, hoy día, y más en estas regiones y provincias españolas tan asediadas, no estamos para bromas, y las diferencias entre patriotas tienen que ser “olvidadas” por una causa: ESPAÑA
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