Escuché y no
he podido comprobar, que se quiere poner el nombre a una calle o hacerle un
monumento, a ese monstruo burocrático henchido de iniquidad, que fue capaz de
denunciar a su propio padre, para escalar puestos en el P.C.E., me refiero a
Santiago Carrillo doctor Honoris Causae, por la universidad de Paracuellos del
Jarama y otras lindezas.
Por si fuera
cierta la noticia, hago mi expresa repulsa a tal acto. Y si fuera verdad es que
en España hemos perdido la dignidad, la vergüenza y el honor.
Voy a
refrescar alguna memoria, por si a alguien se le ha olvidado quién era este
individuo.
Su carrera
en el P.S.O.E. fue veloz, en 1934 ya era secretario general de las J.J.S.S.,
radicalizándolas en línea bolchevique, dio su apoyo al Lenin español, largo
caballero, y en sus propias palabras perteneció al comité que preparaba la
guerra civil.
Tuvo la
caradura durante la transición, de presentarse como un demócrata que lucha por
la libertad, cuando la verdad es que era un totalitario con sus artes y
maneras.
Su carrera
en el P.C., es mucho más la de un burócrata hábil, intrigante e implacable que
la de un combatiente; y abundan en su haber demasiados episodios oscuros,
"de sangre y mierda", como lo calificó Jorge Semprún. Tuvo un
importante papel en la caída de la República, y ya viejo se presenta orgulloso
de sus actos como cuando era joven
haciéndolo además como defensor de la República Democrática, bonita forma de
reescribir la historia.
Cuando en
1036 se reanuda la guerra civil, traiciona a sus antiguos camaradas pasándose
al P.C., llevándose con él a las juventudes socialistas. De octubre a
diciembre fue consejero de orden público
en Madrid y no hay duda razonable de su responsabilidad en las matanzas de
Paracuellos. No ocupó después cargos de combate, sólo burocráticos. En el
exilio siguió cubriéndose de m... con los casos de los comunistas Quiñones,
Gabriel Trilla y Jesús Monzón, organizadores del maquis en 1944. Carrillo tuvo
responsabilidades burocráticas en el maquis posterior y siempre desde fuera. Al
apoyar a la Pasionaria, se mostró inteligente, pues ese apoyo en las luchas
internas del partido, le convirtió en el verdadero jefe. Con el fracaso del
maquis, sique librándose de competidores, como los casos de Fernando Claudín y
Jorge Semprún, éste había afrontado la clandestinidad en España, al contrario
que Carrillo.
Como veis y
aunque no sea completa, una biografía ni muy romántica, ni muy heroica, ni muy
democrática. Es la carrera propia, de un burócrata Estalinista , ávido de
poder, afecto al terror, guiado por el marxismo-leninismo desde el principio al
fin.
Este es el
personaje. Ha muerto, bien muerto está, lo único que siento es que el tabaco lo
hiciera durar tanto.
¡Ninguna
calle con su nombre, ni ningún monumento para el monstruo!
Miguel
Rosique García
Español,
Católico y Falangista
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