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sábado, 24 de agosto de 2013

¿UNA CALLE O UN MONUMENTO AL MONSTRUO?



Escuché y no he podido comprobar, que se quiere poner el nombre a una calle o hacerle un monumento, a ese monstruo burocrático henchido de iniquidad, que fue capaz de denunciar a su propio padre, para escalar puestos en el P.C.E., me refiero a Santiago Carrillo doctor Honoris Causae, por la universidad de Paracuellos del Jarama y otras lindezas.
Por si fuera cierta la noticia, hago mi expresa repulsa a tal acto. Y si fuera verdad es que en España hemos perdido la dignidad, la vergüenza y el honor.
Voy a refrescar alguna memoria, por si a alguien se le ha olvidado quién era este individuo.
Su carrera en el P.S.O.E. fue veloz, en 1934 ya era secretario general de las J.J.S.S., radicalizándolas en línea bolchevique, dio su apoyo al Lenin español, largo caballero, y en sus propias palabras perteneció al comité que preparaba la guerra civil.
Tuvo la caradura durante la transición, de presentarse como un demócrata que lucha por la libertad, cuando la verdad es que era un totalitario con sus artes y maneras.
Su carrera en el P.C., es mucho más la de un burócrata hábil, intrigante e implacable que la de un combatiente; y abundan en su haber demasiados episodios oscuros, "de sangre y mierda", como lo calificó Jorge Semprún. Tuvo un importante papel en la caída de la República, y ya viejo se presenta orgulloso de sus actos como cuando era  joven haciéndolo además como defensor de la República Democrática, bonita forma de reescribir la historia.
Cuando en 1036 se reanuda la guerra civil, traiciona a sus antiguos camaradas pasándose al P.C., llevándose con él a las juventudes socialistas. De octubre a diciembre  fue consejero de orden público en Madrid y no hay duda razonable de su responsabilidad en las matanzas de Paracuellos. No ocupó después cargos de combate, sólo burocráticos. En el exilio siguió cubriéndose de m... con los casos de los comunistas Quiñones, Gabriel Trilla y Jesús Monzón, organizadores del maquis en 1944. Carrillo tuvo responsabilidades burocráticas en el maquis posterior y siempre desde fuera. Al apoyar a la Pasionaria, se mostró inteligente, pues ese apoyo en las luchas internas del partido, le convirtió en el verdadero jefe. Con el fracaso del maquis, sique librándose de competidores, como los casos de Fernando Claudín y Jorge Semprún, éste había afrontado la clandestinidad en España, al contrario que Carrillo.
Como veis y aunque no sea completa, una biografía ni muy romántica, ni muy heroica, ni muy democrática. Es la carrera propia, de un burócrata Estalinista , ávido de poder, afecto al terror, guiado por el marxismo-leninismo desde el principio al fin.
Este es el personaje. Ha muerto, bien muerto está, lo único que siento es que el tabaco lo hiciera durar tanto.
¡Ninguna calle con su nombre, ni ningún monumento para el monstruo!

Miguel Rosique García
Español, Católico y Falangista

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