Hace sólo 7 días Murcia y toda España quedaron conmocionados por las imágenes de una despreciable acción violenta, grabada en vídeo, en la que más de una docena de antifascistas agredían a una joven de 20 años. Durante esta semana en Murcia se ha vivido una intensa campaña de desprestigio y culpabilización de la víctima, promovida por la izquierda, con centenares de expresiones de incitación al odio y la violencia, apoyada por la prensa con continuos artículos en las que se justificaba la agresión, se hablaba de un episodio más en una supuesta "guerra de bandas", y se advertía de una casi segura reacción de activistas ultras que vendrían de Madrid a agredir indiscriminadamente a todo aquel que encontrasen en la calle. Esta campaña salpicó a La Falange, cuando, el pasado 29 de enero, el periodista de La Verdad Jorge García, en una especie de articulo novelado, en que cuenta, sin aportar más datos que las opiniones de ciertos testigos de los que no da más que el nombre de pila, haciendo imposible la comprobación de los testimonios, de una especie de guerra de bandas, que hace semejar a Murcia con el Chicago de los años 30, pone en boca de la Brigada Central de Información que los falangistas son uno más de los grupos violentos de Murcia. Desde la cuenta oficial de Twitter de La Falange de Murcia se le exigió que demostrase el hecho o hiciese una rectificación pública. Sorprendentemente en un artículo del 30 de enero publicado en La Verdad se dice que la Falange en su cuenta de Twitter se desmarcó de su relación con grupos ultras y rechazó el uso de la violencia. Así pues, La Verdad ha empleado a los Falangistas y a La Falange dos días seguidos para decir dos cosas que son mentira.
Pues justamente a los 7 días de esa primera agresión, otro joven ha debido ser ingresado en un hospital de Murcia, con varios huesos rotos, por otra paliza propinada no por los supuestos ultras del Hogar Social Madrid, que durante el fin de semana continuaron con su labor social de recogida de alimentos, sino por 8 antifascistas.
Desde la Falange de Murcia debemos insistir en la denuncia de la violencia extrema que radicales de izquierda emplean de modo cada vez más frecuente, conforme crece en ellos la sensación de impunidad debido al apoyo de algunos sectores sociales, medios de comunicación y partidos políticos, la inactividad policial y a la comprensión judicial. Esta violencia no se limita sólo a palizas, sino que incluye amenazas públicas en redes sociales, justificación, e incitación al odio ideológico y a la violencia.
La Falange tampoco puede quedar callada ante el hecho de que, a pesar de la alarma social, y el segundo episodio de violencia callejera en una semana protagonizado por antifascistas, sólo uno de los detenidos tras la primera agresión permanece en prisión, quedando el resto libre para poder repetir estos detestables actos violentos.
La Falange recuerda que se trata de un partido político legalizado, cuya actividad busca el pan, la Patria y la Justicia, para todos los españoles, con una ética y un estilo definidos durante años de lucha, que dista mucho de "cacerías", "cadenas", "territorios", "bandas" y otros términos empleados por la prensa para describir a los grupos violentos de antifascistas y sus supuestos grupos contrarios; que ningún falangista ha sido detenido por peleas callejeras de bandas en Murcia, no lo será, pues nuestra lucha es otra; y que cuando los falangistas son detenidos lo son, no por dar palizas a algún joven despistado por culpa de su aspecto, sino por enfrentarse y denunciar a la casta corrupta que dirige España y que roba a los españoles su libertad, su paz, su dinero, y hasta parte de su territorio, como ha ocurrido con los 14 de Blanquerna.
Por último, la Falange exige al periodista Jorge García, de La Verdad, que haga una rectificación pública respecto a lo dicho en su artículo del pasado 29 de enero, en que incluía a los falangistas entre los grupos dedicados a la violencia callejera de Murcia, así como a la periodista Alicia Negre, por la mentira publicada el 30 de enero respecto a la cuenta de Twitter de la Falange, en la que se exigía una rectificación por el artículo del día anterior, pero no se hacía mención alguna a desmarcarse de nada ni a rechazar nada.
Murcia a 30 de enero de 2017.
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